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La Orden en la actualidad

¿Quiénes somos?

El TC reivindica el espíritu de los “Pobres Caballeros de Cristo del Templo de Jerusalem”, Templarios de la Edad Media, bajo el espíritu de San Bernardo de Claraval, insertos en el mundo de hoy, pertenecientes a cualquier rincón del planeta, uniendo personas que tenemos y sentimos la fuerza de la Defensa Católica inspirada por el Espíritu Santo en comunión con el Santo Padre y en obediencia a él.

Creemos firmemente que el Temple ocupa un lugar especial en los tiempos que corren, descartando todo esoterismo, ocultismo, gnosticismo o espíritu propio de organizaciones que por sus ideas están y trabajan en contra de la Iglesia Católica, como el masónico, el de los rosacruces, y de espíritu filantrópico naturalista como el de los Rotarios o del Club de los Leones, o cualquier otro que estén relacionados con prácticas masónicas.


No estamos afiliados ni adheridos a instituciones Templarías que no respeten íntegramente la Iglesia Católica y su Tradición completa, Magisterio, Dogmas, Moral y Liturgia. 


De hecho, esta es una Organización que es fiel a sus orígenes y carisma que nacen de la Iglesia Católica.


Se ha usado el sustantivo “Católico” para distinguirnos cualitativamente del resto, de los “No Católicos”, de los “A-Católicos”, de los “sincretistas” y de los “esotéricos” o de los “masónicos”, con los cuales nada tenemos que ver, y a los cuales nos oponemos frontalmente, así como a toda aquella persona u organización que ataca a la Iglesia Católica en su auténtica Tradición. 


Estamos dentro de la Iglesia, viviendo nuestra fe desde dentro, participamos dentro de la misma y como bautizados profesamos el Credo.

¿Por qué surge?

Las Ordenes Templarias que reconocemos como única verdadera a la Iglesia Católica Apostólica y Romana, y que estamos en contacto desde hace tiempo, concebimos hace tiempo, la idea de crear una organización de carácter internacional, que vuelva sobre sus pasos y que dé una respuesta positiva al requerimiento del Papa Gregorio XVI, que tras la visita del Príncipe de Chimay, en 1845, durante la regencia de Jean-Marie Raoul (Regente de la Orden), con el objeto de obtener el Reconocimiento del Pontífice para los Templarios, obtuvo como respuesta este único requisito:

“QUE TODOS LOS TEMPLARIOS SEAN CATÓLICOS ROMANOS”

Conversaciones que fueron interrumpidas por la revolución francesa de 1848, por lo que, tomando como base esta hecho surge el movimiento internacional Temple Católico, en adelante TC.

TC, desde el punto de vista institucional, obliga solo a una fiel adhesión a la Iglesia Católica Apostólica y Romana.

El Movimiento TC no obliga a un sometimiento institucional de las Ordenes adheridas, sino todo lo contrario, con un verdadero y realista espíritu Templario que hace que nos movamos a unirnos todos, pero por propia iniciativa, para fortalecernos, para apoyarnos y para hacer resurgir la Orden en su verdadero sentido de una institución internacional de carácter espiritual y caballeresco, que tenga por objeto realizar y elevar el espíritu del ser humano, el respeto por la persona, en suma, el respeto por nuestra naturaleza de seres racionales.


Uno es el institucional y otro es el que podríamos llamar doctrinario, esto es, los principios e ideales que unen a todos los Templarios Católicos que se incorporan al Movimiento TC.

Fundamentalmente se estableció que se creara una organización cuya finalidad básica, y esto es lo importante, será mantener y buscar por todos los medios legítimos posibles la Unidad de la Orden.

Cuando hablamos de la unidad de la Orden, desde el punto de vista institucional, estamos diciendo que todas las organizaciones reconocidas, de alguna manera vinculadas al TC, DEBERIAN VOLUNTARIAMENTE UNIRSE EN UNA SOLA INSTITUCIÓN, EN UNA SOLA ORGANIZACIÓN, EN UNA SOLA EMPRESA A REALIZAR.

Es por esto que en los Estatutos se establecieron unas normas para quienes solicitasen su ingreso en esta asociación, debiendo expresar fielmente su carácter inequívoco de Orden o Asociación Templaria Católica.

Que los principios en que se basa la organización solicitante sean compatibles y homologables a los principios generales que sostiene la Orden en sus Reglas.

Cumplidos estos requisitos, se tiene una declaración de principios, una declaración institucional de elección y una declaración institucional de voluntad de ingreso.

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