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Masonería, Gnosis y Rosacruces; enemigos de la Iglesia y de la Orden Templaria

Nuestra Orden, al ser de caracter cristiano católica, no puede aceptar masones, ni gnósticos, ni rosacruces, ni miembros de entidades satélites de dichas entidades debido a la naturaleza de sus doctrinas y actuaciones anti católicas y anticlericales.

Bien claro la masonería es llamada la Sinagoga de Satanás y no se puede servir a dos señores. O se es católico plenamente o no hay cabida para ninguno de ellos en la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo.

Ellos se empeñan en insistir que la Iglesia ya no los condena porque alegadamente en el Nuevo Código de Derecho Canónico no los mencionan. Es la punta de lanza que usan para confundir a los católicos mal formados y reclutarlos en sus filas. Lamentablemente han intentado introducir masones en muchos grupos de la Iglesia justificándose en ese aspecto. 

Nosotros les decimos que la Iglesia sigue condenando a la masonería, que ellos siguen estando en estado de pecado grave y por lo tanto NO PUEDEN recibir la sagrada comunión. Para eso nos sostenemos en la Declaración contra la Masonería de la Congregación para la Doctrina de la Fe de 1983 y firmada por el Cardenal Joseph Ratzinger, quien era Prefecto de ese cuerpo eclesiástico para ese entonces y sigue vigente hasta nuestros días.

El documento de la declaración dice como sigue: 


 

CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE


DECLARACIÓN SOBRE LA MASONERÍA

 

Se ha presentado la pregunta de si ha cambiado el juicio de la Iglesia respecto de la masonería, ya que en el nuevo Código de Derecho Canónico no está mencionada expresamente como lo estaba en el Código anterior.

Esta Sagrada Congregación puede responder que dicha circunstancia es debida a un criterio de redacción, seguido también en el caso de otras asociaciones que tampoco han sido mencionadas por estar comprendidas en categorías más amplias.

Por tanto, no ha cambiado el juicio negativo de la Iglesia respecto de las asociaciones masónicas, porque sus principios siempre han sido considerados inconciliables con la doctrina de la Iglesia; en consecuencia, la afiliación a las mismas sigue prohibida por la Iglesia. Los fieles que pertenezcan a asociaciones masónicas se hallan en estado de pecado grave y no pueden acercarse a la santa comunión.

No entra en la competencia de las autoridades eclesiásticas locales pronunciarse sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas con un juicio que implique derogación de cuanto se ha establecido más arriba, según el sentido de la Declaración de esta Sagrada Congregación del 17 de febrero de 1981 (cf. AAS 73, 1981, págs. 230-241; L’Osservatore Romano, Edición en Lengua Española, 8 de marzo de 1981, pág. 4).

 

El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en la audiencia concedida al cardenal Prefecto abajo firmante, ha aprobado esta Declaración, decidida en la reunión ordinaria de esta Sagrada Congregación, y ha mandado que se publique.

 

Roma, en la sede de la Sagrada Congregación para la Dotrina de la Fe, 26 de noviembre de 1983.

 

Cardenal Joseph RATZINGER
 Prefecto

+ Fr. Jean Jerôme HAMER, O.P.
Arzobispo titular de Lorium
Secretario.


 

Para mantener cuentas claras, dejamos el enlace de la página del Vaticano que lo publica así: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_19831126_declaration-masonic_sp.html

Por cuanto, queda terminantemente prohibida la entrada a la Asociación Católica Privada de Fieles: Orden de los Pobres Caballeros de Cristo.

Si hubiera la insistencia de alguna persona en pertenecer a nuestra orden y esta sincera y humildemente reconoce que entró a esa entidad por ignorancia y que reconoce que ha sido engañado y que no quiere pertenecer más a la masonería o entidad que maquine contra la Iglesia, deberá renunciar públicamente a la entidad masónica, gnóstica o rosacruz etc. Luego enviará dicha renuncia pública a la entidad a la que renuncia.

Luego, deberá hacer renovación de los votos de bautismo, recivir el sacramento de la reconciliación (confesión) y prometer que abandonará toda idea y doctrina inculcada y aprendida de dichos cuerpos anticristianos y anti Iglesia. Deberá formarse obligatoriamente en Patrística, Apologética y Teología. Al mismo tiempo deberá recibir orientación espiritual con un sacerdote que sea su consejero espiritual para siempre. Esto con el fin de asegurar que su conversión sea una auténtica y genuina para que de testimonio de fe y sirva como consejero para prevenir que otros caigan en su mismo error.

En adición a lo antes mencionado, añadimos los siguientes enlaces para reforzar sobre el tema:

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